miércoles, 13 de febrero de 2019

ASFIXIA EN SU MODALIDAD DE: COMPRESIÓN TORÁCICA Y/O ABDOMINAL


Aunque los orificios y las vías aéreas estén libres, puede sobrevenir la asfixia si un gran peso o una constricción intensa se aplica sobre el tórax, el abdomen o ambos.

Esa gran fuerza rebasa la capacidad de contracción del diafragma y del resto de los músculos que colaboran en los movimientos respiratorios y cesa así la ventilación pulmonar. Este tipo de asfixia se observa en personas que quedan atrapadas bajo escombros de derrumbe o entre las partes de un vehículo entre muchísimas más.

La exploración externa revela múltiples traumatismos y variedad de su tipo, desde equimosis y escoriaciones, hasta fracturas expuestas y machacamientos. A menudo la superficie cutánea está impregnada con polvos. Pinturas o aceite, producto de los elementos compresores. En pulmones y corazón son frecuentes las hemorragias puntiformes subpleurales y subpericárdicas a que ya nos referimos como habitualmente presentes en cualquier tipo de asfixia, aunque no específicamente características. También pueden encontrarse dentro de las cavidades, órganos contundidos, desgarrados o estallados, con la consecuente hemorragia, cuya cuantía será proporcional al tiempo de sobrevida a partir del momento en que se dio la compresión. Son pues, la mayoría, casos de politraumatizados. (Politraumatismo se refiere a lesiones graves causados de manera simultánea, por ejemplo: los morbosos que suben imágenes de personas con tiros de escopetas y quedan totalmente desfigurados)


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